Los cerezos
los acurruca cada tarde, los calienta cada mañana,
los ampara todas las noches
y prepara cada día para ellos el sol brillante,
el aire más limpio, la brisa más fresca,
el aroma de todas las flores,
el rumor de los arroyos
y todo un arco iris de colores.
La primavera no puede vivir sin los cerezos;
no tendría mucho sentido.
Si no ¿a quién acurrucaría cada tarde,
cuidaría cada noche,
soplaría esa fresca brisa,
pondría el sol brillante cada amanecer,
regaría con el aroma de sus flores,
el rumor de cada arroyo,
desplegaría sus colores,
y, sobre todo, a quién mimaría?
La primavera existe porque existen los cerezos.
1 Comments:
Su poema es muy hermoso, le agradezco porque me sirvió de inspiración,con él pude crear y dedicar un poema a alguien muy especial y querido.
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