El trastero

Este blog se presenta como una ventana al mundo de la poesía, al que también damos un guiño desde la escritura creativa. Está dedicado a los escritores y escritoras noveles que desde la red unen su esfuerzo y su tiempo para compartir este sueño.

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Location: Sevilla, Spain

Ricardo Sotillo es doctor por la Universidad de Granada. Licenciado en Psicología (Psicología Clínica), también es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla. Master en Comunicación en las Organizaciones por la Universidad de Barcelona (Escuela de negocios Las Heures) y Diplomado en Alta Dirección de Empresas (PADE). Ha realizado estudios de postgrado en intervención psicosocial y en comunicación humana. Director en los cursos de verano sobre "Gestión del estrés en la Sociedad de la Información" y de "Habilidades de Comunicación", de la Universidad Carlos III y Universidad de León. Premio Hipatia de la Escuela Andaluza de Salud Pública por su aportación en el ámbito sociosanitario. Profesor en programas Máster de Emergencias Sanitarias, en colaboración con la Consejería de Salud de Andalucía, Universidad de Córdoba y Universidad de Barcelona. También ha sido profesor de programas de Relaciones Laborales, Habilidades Sociales y Afrontamiento del Estrés, dentro del plan de formación interadministrativa del Instituto Nacional de la Administración Pública.

Thursday, July 12, 2007

Bandido

Bandido
Bandido, tú no llores
Bandido, tú eres guapo
que sí, que tú eres bueno
Bandido, no llores, ven.
y Bandido la escuchaba
cansado, casi sin fuerzas.
Ella lo acariciaba, lo abrazaba
con toda la ternura del mundo.
Ella consoló sus últimas horas.
Bandido, tú no llores, le decía
tratando de darle aliento.
Y Bandido se marchó,
seguro que al cielo de los perros.
No lloró, era el perro guapo de mi niña
el perro bueno de mi niña.
Era su cahorro, Bandido.

Sevilla a 9 de julio de 2007.

Tuesday, June 14, 2005

Carta a Santiago

Mis pensamientos aún permanecían bajo la lluvia y el frío de la noche de Madrid, seguía pensando en lo que me esperaba a la vuelta, que había dejado pendiente tras mi salto a Chile.

Algo más de trece horas de avión, que fueron sucediendo entre comidas, lecturas, y a trozos de sueño, me llevaron casi sin apenas darme cuenta a un amanecer entre los Andes. Me encontraba aterrizando en otro mundo, en la primavera de finales de noviembre. Y me sigue, incluso aquí, resultando extraño hablar de primavera en noviembre, de verano en enero. No muchas más cosas me resultan extrañas en esta tierra.

Ya sabía de La Alameda, del barrio de Bellavista, de La Moneda o de la Casa Colorada. Sabía de su historia, de sus gentes, su cultura y de los matices de su lengua. Había carreteado en Sevilla y tomado "piscos sawer" en Lisboa. Conocía del acento al pronunciar las erres o al omitir algunas consonantes, como cuando se mastica chicle, seguramente de Norteamérica. Es muy próximo al sur de España, a cualquier sur.

También supe de Neruda, de sus pasos, de sus poemas. Sólo me faltaba visitar su casa, sus casas, sus lugares, entrar en los rincones donde él estuvo y dio forma a sus versos y a sus cartas.

Aún por descubrir quedaba la luz de una inmensa ciudad; cálida, viva y llena de colores. En el amarillo intenso de sus autobuses, en el negro de sus taxis. Descubrí un sol que camina por el norte, que proporciona largos días y que se empeña en amanecer temprano. Sus avenidas son como un río lleno de vida, de personas que la pueblan y que acuden presurosas de un lugar a otro. También encontré su río, el Mapocho, al que estaban retocando para aprovecharlo como avenida. Ya ven, a mí que su avenida me sabe a río, mientras que su río será una futura avenida.

Esta ciudad está llena de olores. Huele a jardines, a iglesias, a gasolina casi sin quemar, a jabón y detergente de la ropa, a comida: a chancho, empanadillas, chirimoyas, pisco sawer y fruta, probablemente resultado de los hoteles de Providencia donde me encuentro.

Edificios que se asemejan a objetos de distinta índole: barcos, castillos, etc. Edificios de cristales, instalados por multinacionales que conviven con viviendas, mercados y viejas iglesias.

Una ciudad de olores, universitarios, montañas y poetas. Es cierto que sólo se ama lo que se conoce, y me parece que ya te conocía de antes, Santiago.

Ricardo Sotillo, en Santiago de Chile, 28 de noviembre de 2003.

Saber de ti

Me gustaría saber de ti,
saber que todo en tu vida
marcha sobre ruedas para
poder cambiarlas por alas.
Quisiera mandarte un saludo,
para que te refresque el alma y la memoria.
Me gustaría que cada día
vayas cumpliendo poco a poco
cada uno de tus sueños,
para que así te dure el regusto toda la vida.
Pero, sobre todo, lo que quiero es
que sigas respirando el mismo aire
que me da vida unas 15 veces por minuto,
que tu corazón te impulse
con suficiente fuerza unas 80 veces por minuto,
que tus ojos se abran y cierren
parpadeando un millar de veces al día
y que de vez en cuando,
sólo de vez en cuando,
aunque sea sólo una vez más en tu vida,
recuerdes, sonrías y me escribas.

De vez en cuando

A veces me quedo pensando,
con la mirada perdida,
con la paz en mis brazos,
cruzados, sin saberlo.

Otras veces me inquieto,
salto y despierto,c
on la mirada alerta,c
on la paz perdida,
en tus brazos, sin saberlo.

Otra de piratas

Con el mar en su ventana
bajo el suelo de madera
Una vida aventurera
Le espera cada mañana

Ve el pirata cómo el viento

Cuando infla la mesana
Que su velero derrama
Parte de su desaliento

Y no en vano siente orgullo

Marcado de luchas y heridas
Poder vivir siete vidas
Haciendo de todo lo suyo

Ni corsario marinero

Ni bergantines ni goletas
Que no hubo bucanero
Que escapara de sus tretas

Y suelta el pirata su risa

Para apresar su botín
Que una vez conseguido el fin
Escapará a toda prisa

Mientras siga en su velero

No le preocupa el temor
Ni a nadie debe favor
Este rey aventurero

Allá va saltando rizos

Que es su vida su ilusión
Sin regalar ocasión
A quien colgar le quiso

Resiste pirata valiente

Navega en todas tus aguas
Que nada lleve a tus fraguas
Resignación de la gente

Mira al cielo e hincha el pecho

Ponte de cara a la mar
No mires nunca hacia atrás
Que es tu mejor derecho

Siete vidas de dominio

Como sietes son los mares
Que nunca te desampares
Ni dejes de ser un niño.

Sin mirarte

Prefiero mil veces pensarte
Y naufragar en mi sueño.
Más que rendirme al empeño,
Voy a seguir sin mirarte.
Conoce el viento a la mar,

Como conoce la luz cada día.
Yo conozco en mí la alegría
De volverte esta noche a soñar.
Me tienta la suerte encontrarte,

Resisto como quijote con yelmo.
Como un diablo en su infierno
Voy a seguir sin mirarte.
Escucho otra vez la melodía

Me envuelve en el ritmo su son,
Sigo escuchando mi canción
Voy a esperar todavía.

De miradas

A ti que sueñas y haces soñar;
que haces de silencios paz,
de la mirada luz
y del desierto mar.

De tus sueños

Sólo quiero saber de ti y de tus sueños
Saber que existes, que respiras
Vivir en el mismo mundo que tú vivas
Asegurarme que alcanzas tus empeños.

Tal vez

Tal vez no te lo dije,
quizás porque lo sepas,
quizás porque no deba,
quizás porque no caiga.
Pero es que estás siempre tan linda
Y no me refiero sólo a tu vestir
Ni siquiera a tu elegancia,
Tampoco me refiero a tu sentir
Ni a tus formas o fragancia.
Si fuera por eso ya te sobra
Pero es que estás aún más linda
Y me refiero a tu vestir,
A tu elegancia,
A tus formas y fragancia
A tu sentir,
A tu mirada,
A tu rubor
A tu soltura;
Me refiero sencillamente a ti.

Un poema

Me pides un poema para ver qué siento
Rebusco en mis bolsillos, en mi memoria, en mi alma.
Rebusco en mi pasado y de buscar pierdo la calma
Me pides unas cosas que se me antojan imposibles.
Si pudiera hacerlo escribiendo unas palabras
Si esas palabras fuesen reflejo de lo real
Si lo real fuese destino de lo soñado
Si lo soñado pudiera salir del anhelo
Y el anhelo de mi corazón...
Me dices que quieres unos versos en ti inspirados
Tomo notas, juego con las letras y de nuevo
Rebusco en mi memoria, en mis bolsillos
Y otra vez siento perder la calma.
Si lograra hacerlo pensando sólo en ti
Si ese pensamiento estuviera lleno de recuerdos
Si los recuerdos me acompañasen el camino
Si el camino fuese largo...
Me pides que sueñe y te lo cuente
Que recorra el camino y te lo escriba
Que cierre los ojos para que tú no veas.
Comienza a cerrar los ojos para que yo no vea.

De repente

Se me ocurre así, repentinamente,
regalarte unas palabras,
unas notas, unas frases, un poema;
tú lo haces constantemente
sin tregua, sin descanso,
me regalas tu risa, tus encantos.
Tal vez sin darte cuenta
o a propósito, me acompañas,
en mis sueños, en mi calma.
tal vez sin darte cuenta
o a propósito, te has metido
en mi corazón, en mi vida,
en mi alma.
Déjame que te regale,
aunque sea a propósito
o sin darme cuenta,
unas palabras, unas frases,
un poema.
Déjame que te muestre,
aunque sea a propósito
o sin darme cuenta,
un sentimiento, una luz,
un emblema.
Déjame que te diga
de qué forma lo siento,
deja que acuda a tu encuentro
déjame que te escriba.
Tal vez sin darme cuenta
o a propósito,
para ti hice estos poemas.

El sueño

Como no me resisto
ni en oposición me empeño,
de nuevo en ello insisto;
en compartir este sueño.
Al cabo, la vida es soñar,
el sueño es sentir,
y si buscas la verdad
lograrás mejor vivir.
En la tierra, en las flores, en la gente,
en aquel niño que fuimos,
en tu pasado, tu futuro y tu presente
en lo que de verdad sentimos.
Es la verdad al sentimiento
lo que la armonía a la belleza,
la realidad al conocimiento;
¡Y siempre gobernando la cabeza!
Es ésta la mejor experiencia,
en ella no caben lamentos;
buscar siempre la coherencia,
llenarla de sentimientos.
Encontrar de las respuestas la mejor,
de los sentidos, el verdadero;
hacerlo siempre con amor
con el gesto más sincero.
En la vida, el mejor camino,
en el ser, siempre armonía.
No descuidar el destino,
construyéndolo cada día.
Alimentar alma y corazón,
contra la mentira, certeza;
buscar siempre la razón,
lo que rija la cabeza.
Compaginar sueño y realidad,
aprovechar el talento,
vivir la sinceridad,
mostrarnos desde dentro.
No basta sólo recordar
ni tampoco con saber
ni lo que podamos dar;
se trata sencillamente de ser.
Emprender cada viaje,
con la ilusión del caminante,
que sea éste el equipaje,
mirando siempre adelante.
Hacer un refugio con la ternura
si se presenta la ocasión;
guiarnos de la cordura
sin olvidar el corazón.
Procurar ser diligente,
entregarse en cuerpo y alma;
nunca ser indiferente,
perdiendo un poco la calma.
Sacar del pensar claridad,
de los libros conocimiento,
de la gente la amistad;
del tiempo el mejor momento.
Cuando se sienta hundir el mundo
y nos castigue un anhelo;
salir del ese pozo profundo,
mirando fijamente al cielo.
Y si se rompió una ilusión,
y la pena sin tregua nos mina;
¡Justo con más razón!
hay que subir nuestra estima.
Si algo bueno nos inspira
se trata del valor más seguro;
se aparta toda mentira,
se vuelve claro lo oscuro.
El pirata y sus canciones
inspiraron la última estrofa:
en su banda diez cañones
convirtiendo en poesía la prosa.
Que es mi corazón mi tesoro,
y "mi Dios la libertad",
mi ley, el entendimiento,
mi única patria la paz.

El niño

El niño trata en vano...
alcanzar la luna con la mano.
Sueña el niño con princesas,
teme por dragones,
juega con trenes y estaciones,
llora por sus tristezas.
Piensa el niño en el mañana;
es impaciente, impulsivo y patalea,
se asoma feliz a esa ventana,
sintiendo eterno amor a lo que desea.
Mira el niño con ojos llenos;
aprende todo de su alrededor,
con su Dios se siente bueno,
a su Dios debe el temor.
De la risa al llanto en un segundo,
de la pena a la mayor alegría,
se entusiasma con el mundo,
se renueva inexorablemente cada día.
Nos volvemos niños cuando amamos,
creemos encontrar el amor verdadero;
pensamos, sentimos, soñamos.
Lo negaré... por mi honor de caballero.
Seré paciente, prudente, comedido,
me creeré sereno, reflexivo, inteligente;
pensaré y haré lo que crea permitido,
así no confundiré a mi mente.
Mantendré firme la cabeza, frío el corazón,
no soñaré imposibles, ni quimeras,
en mí, sólo voluntad y razón;
estas serán mis únicas maneras.
Utilizaré estrategias efectivas,
planificaré todo de antemano,
mi mirada y mi postura siempre altivas,
y no realizaré nunca innoble esfuerzo en vano.
Reiré de mis triunfos y derrotas;
el mejor recuerdo, el del presente
lo fácil se lo dejo a los idiotas,
al necio, al blando, al impaciente.
No permitiré juicios de amigos
ni enemigos ni amantes;
lo importante va conmigo,
el resto a los ignorantes.
Marcaré senda antes que a nadie seguir,
jugaré limpio con todos y más conmigo;
esa será mi forma de vivir,
que sólo entenderá el buen amigo.
Nada de promesas, nada de ilusiones.
Entre príncipes, seré yo el rey,
acabaré con los dragones,
Esa será mi única ley.
El amor y el deseo, los mayores impostores;
la eternidad, conmigo tendrá su ocaso,
prohibido soñar con más amores,
imposible acoger ningún fracaso.
El entusiasmo, yo lo creo,
la risa será buena compañera,
mal lo tendrá conmigo el deseo.
El llanto...una triste quimera.
Hoy es el día de luchar como caballeros,
nunca más morir como cristianos,
la "Sangre Jacobina" de nuevo en sus fueros
todo volverá a estar en mis manos.
Alcanzaré todas la metas,
la luna dejará de interesarme...
¡Está demasiado cerca!

Los cerezos

La primavera mima a los cerezos,
los acurruca cada tarde, los calienta cada mañana,
los ampara todas las noches
y prepara cada día para ellos el sol brillante,
el aire más limpio, la brisa más fresca,
el aroma de todas las flores,
el rumor de los arroyos
y todo un arco iris de colores.
La primavera no puede vivir sin los cerezos;
no tendría mucho sentido.
Si no ¿a quién acurrucaría cada tarde,
cuidaría cada noche,
soplaría esa fresca brisa,
pondría el sol brillante cada amanecer,
regaría con el aroma de sus flores,
el rumor de cada arroyo,
desplegaría sus colores,
y, sobre todo, a quién mimaría?
La primavera existe porque existen los cerezos.

Platero

No puedo dejar de acordarme de Platero
sí, del borriquillo universal del poeta.
El de los espejos de azabache por ojos,
el de las uvas moscatel, todas de ámbar.
Ese animal tan tierno y mimoso como un niño,
ese que iba siempre ágil y dispuesto,
el que se estremecía sensualmente
y levantaba las orejas cuando en la otra colina
podía adivinar que estaba su amada.
Ves, hasta Platero que era un animal de acero
era tierno y mimoso igual que un niño,
que una niña...pero fuerte y seco por dentro,
como de piedra

Mantecoso

El sentimiento más profundo,
la fuerza más pura,
eso que un día moverá al mundo
¿Reconoces la ternura?
Es de casi todos los males cura,
capaz de penetrar en todos los corazones,
generar la más ardiente de las pasiones
es, sencillamente, la ternura.
Con ella te dejas a su suerte,
te confunden sus formas sensibleras,
será tu siempre fiel compañera,
no te abandonará ni en la muerte.
No es sólo de los niños patrimonio,
ni existe aún en el mundo vacuna,
es mirar tus ojos y ver la luna,
y convierte en ángel a un demonio.
Está hecha de la fibra más dura
de mis sueños el más hermoso
¿Me crees por ello mantecoso?
Sólo se trata de ternura.

¿Por qué no?

Hoy podría ser un poco más libre
sin tener por ello que mostrar mi impaciencia.
Así no tendría que alinearme
ni formar parte de círculo alguno;
no tendría etiqueta en mi solapa pegada,
pasaría desapercibido.
Así sería un poco más yo.
Hoy podría intentar ser más sensible
sin que por ello me rindiera a la evidencia.
Así no tendría que ocultarme ni disimular
cada vez que el llanto o la risa me contagia
o cuando percibo un dolor, un estallido.
No tendría necesidad de justificar lágrimas,
aunque fueren furtivas, efímeras y contradictorias.
Así me sentiría un poco más yo.
Hoy podría dedicarme a entender a los sabios
sin tener por ello que cargarme de arrogancia.
Así me acercaría con cautela a la verdad,
podría distinguir lo claro de lo oscuro,
conocería mejor a mis maestros, los recordaría.
Así sería un poco más agradecido.
Hoy podría ser un poco más cuerdo
sin tener por ello que vestirme de intolerancia.
Así podría ser más sensato, más cauto,
me tomaría las cosas más en serio
y entendería a las personas como son.
Y podría caminar junto a los locos,
y conocerlos, escucharlos, comprenderlos.
Así estaría mejor acompañado.
Hoy podría aprobarme todas mis acciones
sin tener por ello que caer en la autosuficiencia.
Así me daría un respiro, una tregua, un descanso.
Y podría retomar el camino, pensar con claridad,
Y, una vez descansado y repuesto, comenzar.
Volver a cuestionarme con más lucidez,
con mejor juicio una a una cada cosa.
Así, sin creerme demasiado cuerdo ni demasiado bueno,
podría ser un poco mejor cada día.

Excusas

Sabría crear para ti la más humana,
podría inventar la más hermosa,
te contaría la más real,
incluso, aun teniendo en mi mano la mejor,
ni todas juntas en un solo haz
igualarían los dictados del corazón.
Y lo que es más importante;
ninguna de ellas
me acercaría jamás tanto a ti
¿No es esta la mejor excusa?

Las palabras

Persiguiendo tu atención,
mis palabras se afanan en buscarte,
tratan de hacerse visible, de encontrarte.
Y las oigo desde dentro de mi alma,
siento que te pertenecen más a ti que a mí mismo.
Son, y han sido siempre, tuyas.
Ellas te buscan con inquietud
avanzan tras de ti para que me oigas
saben que, como yo, están predestinadas.
A veces fluyen, dejando más huella
en mí que en ti, su objetivo.
Van arañando mi piel para acariciar tus oídos.
Llenan el espacio entre nosotros;
abrazan cada segundo de mi existencia,
son las palabras que te buscan, te persiguen.
Como en el mito de aquel arquero,
marcando un punto de mira más alto
para llevar la flecha hasta la diana.
Ya sabes y deberías saber más:
sólo tienes que detenerte, escuchar,
dejar que te arrullen, dejar que te acompañen.

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La España de charanga y pandereta; cerrado y sacristía; devota de Frascuelo y de María; de espíritu burlón y de alma quieta; ha de tener su mármol y su día: su infalible mañana ¡y su poeta! (A. Machado).
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